domingo, 22 de febrero de 2009

El disfraz de la Ama


Aprovechando que es carnaval, me ha venido a la cabeza que mucha gente, aprovecha estas fechas para dar rienda suelta a sus oscuros deseos, y vestirse con aquello que normalmente no podría utilizar. Hombres que se visten de mujeres, mujeres que se visten de monjas o de dominatrices, etc. etc.

Pienso que esta festividad pagana nos permite quitarnos el disfraz de lo cotidiano, para vestirnos con aquello que nos gustaría ser. Al menos es así para los hombres, pues nuestro disfraz cotidiano es menos diversificado que el de las mujeres, que hoy en día se atreven a ponerse de todo.

Y aprovechando el tema de los disfraces, quisiera aprovechar para hablar acerca de la típica vestimenta de las Amas. No es ningún secreto que a los hombres nos excita verlas vestidas de negro, con cuero o látex, con botas altas, o zapatos de tacón alto, etc. etc. Pero lo mas importante, bajo mi modo de ver las cosas, es que la Ama no tenga que ponerse todo eso encima para dominar a alguien. Primero, por que ella debe vestirse como le parezca, para ello es la que manda, y segundo, por que verdaderamente importante es ella, no lo que lleve encima.

Ella es lo primero, y si considera ponerse algo a nuestro gusto, es un regalo que nos concede, por lo que debemos agradecérselo como debe ser.

lunes, 16 de febrero de 2009

La psicología en la Dominación Femenina.


Como todos sabemos, no hay reglas escritas mas allá del típico SCC (Sano, Seguro y Consensuado), dentro de lo que es el BDSM, y particularmente en la Dominación Femenina. Cada pareja, escribe sus propias reglas, ya sea por contrato, o por algún otro método, a fin de que nada quede fuera de control.

Pero aún así creo que existe una regla muy a tener en cuenta para que una relación FemDom tenga éxito. Y es que en una situación de poder, hay que tener cierta mano derecha, o psicología a fin de saber llevar al sumiso al terreno adecuado.

Es muy común encontrar parejas en que la relación de poder les lleva hacia el despotismo, los malos modos, los insultos y humillaciones constantes, el maltrato, en definitiva. Si ambos están de acuerdo en ello, no pasa nada, pero bajo mi modesto punto de vista, esto puede llevar, a la larga hacia una situación de desprecio total de la persona dominada, lo cual puede ser muy negativo, sobre todo para el sumiso, ya que puede caer en una espiral de subestima que afectará a su rendimiento.

Hay que tener siempre en cuenta, que el sumiso es una persona ante todo, y no siempre vale tratarlo como algo sin sentimientos. El siempre agradecerá ser conducido y premiado de la manera adecuada, y eso estrechará todavía mas los lazos entre ambos.

Por tanto, la Ama, como responsable que es del sumiso, debe tener la psicología necesaria para saber llevar al sumiso hasta donde ella quiere. No nos engañemos, la Dominación Femenina debe ser un juego de equilibrios, donde la Ama debe saber dar, en el momento adecuado, para que su sumiso se entregue en todo momento.

De nada le sirve a una Ama un sumiso que se menosprecia, que se subestima, que es temeroso de la ira de la Ama, por que esta es desproporcionada. Ese tipo de sumiso acabará fracasando, aún habiendo entrado en la relación con la mayor de las ilusiones.

Queda claro pues, que el papel de la Ama es fundamental, y por tanto, duro de llevar. Llevándolo a la analogía del vino, si una Ama desea conseguir un buen vino, deberá cosechar con el mejor abono, recoger la uva en el momento adecuado, y fermentarla con todo el cariño y tiempo suficiente, para que llegado el momento de abrir ese vino, el placer de probarlo sea cuanto menos el deseado.

Por supuesto, un sumiso que es consciente de que es apreciado y valorado por la Ama, se entregará mas allá de lo que el mismo se imaginaba. Su placer lo hallará en complacerla, y a los ojos del sumiso, la Ama estará por encima de cualquier Diosa.

En la naturaleza de la mujer está la fuerza necesaria para conseguir crear a un buen sumiso y sin duda, el premio de tener un sumiso cien por cien entregado es el resultado de haber invertido en su doma.